Aspectos -no tan conocidos- sobre el algodón orgánico

¿A qué llamamos algodón orgánico? Escuchamos mucho hablar sobre el algodón orgánico y sus certificados. Pero, ¿qué es realmente?

¿Qué es el algodón orgánico y qué tiene de bueno?

El algodón orgánico se cultiva mediante sistemas agrícolas que trabajan en favor de la naturaleza y no en su contra.

Estos sistemas tienen la capacidad de mantener y promover la salud de los suelos, de los ecosistemas y de las personas al apoyarse en procesos ecológicos, respetando la biodiversidad y gracias a unos ciclos adaptados a las condiciones locales.

¿Natural? ¿Sostenible? ¿Orgánico?

A diferencia de términos como «natural» o «sostenible», los principios básicos de la agricultura orgánica (o ecológica) están controlados legalmente por los organismos reguladores de cada país.

¿Y cómo se controla?

Muchos agricultores ecológicos van más allá pero, como mínimo, deben cumplir una serie de normas nacionales sobre la salud del suelo y la prohibición del uso de fertilizantes artificiales, plaguicidas sintéticos peligrosos y organismos modificados genéticamente (GMOs).

A su vez, organismos certificadores independientes verifican que los agricultores cumplen con las normativas nacionales, como hace la International Federation of Organic Agriculture Movements (IFOAM – Organics International).

Cuando sale el algodón de la plantación, ¿qué ocurre?

Una vez que el algodón sale de la plantación, el control de la cadena de custodia desde la desmotadora hasta el producto acabado pasa a organizaciones privadas, quienes certifican estos procesos.

Las más comunes son la Organic Content Standard (OCS) de Textile Exchange y la Global Organic Textile Standard (GOTS).

Puedes consultar con qué certificados cuentan los tejidos que utilizamos para confeccionar nuestras prendas aquí.

¿Debemos fiarnos de las certificaciones?

Las certificaciones independientes desempeñan un papel importante en la verificación de la cualidad como algodón orgánico.

El problema es que cada vez existen más certificaciones/sellos/ecoetiquetas. Esto como consumidores nos genera cierto desconcierto y desconfianza. Ya no sabemos qué mide cada etiqueta, si es un sello o una certificación, si cumple con la normativa europea o con otra, …

¿A ti también de pasa?

Pero entonces, ¿por qué no se produce proporcionalmente más algodón orgánico?

Los sistemas de agricultura orgánica aportan beneficios a largo plazo. Pero el periodo de conversión, a menudo de tres años, es una carga enorme que los agricultores deben soportar solos, y la normativa puede resultar restrictiva si no existen alternativas viables a los medios convencionales.

Por ejemplo, el uso continuado de pesticidas y fertilizantes químicos a lo largo del tiempo reduce la calidad de la tierra, y su eliminación puede hacer que los cultivos se vuelvan vulnerables. En estos casos los agricultores pueden optar por continuar usando los mismos productos tóxicos para poder seguir explotando la tierra, o invertir tiempo y dinero para recuperar el suelo y adaptarse a una nueva forma de cultivo.

Otras veces, los agricultores directamente no tienen acceso a semillas NO modificadas genéticamente, lo que limita la producción de este tipo de algodón desde el origen.

Pero hay muchos motivos más…

Te invitamos a leer el último informe que publicó Textile Exchange sobre el mercado mundial de algodón orgánico, con datos clave y tendencias emergentes en la producción de algodón orgánico y en conversión.

¿Qué debe ocurrir para que esto cambie?

Debemos crear un mercado más resiliente que apoye las prácticas orgánicas para ayudar a garantizar un futuro sostenible para todas las partes interesadas en esta cadena de suministro mundial, desde los agricultores hasta los proveedores y las marcas, pasando por los consumidores.

Sobre todo, lo que se debería hacer es distribuir la responsabilidad financiera de este cambio y firmar compromisos a largo plazo para que no sean los agricultores quienes soporten todo este peso.

Espero que este pedacito de información te haya resultado interesante.

¡Feliz día!